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Aprenda más sobre los delitos de odio

Los expertos estiman que se cometió un promedio de 250.000 de delitos de odio cada año entre el 2004 y el 2015 en los Estados Unidos. La mayoría de ellos no fueron denunciados ante las autoridades policiales. Lea más aquí. 

¿Qué es un delito de odio?

​un delito + motivos por los cuales se comete el delito basados en un sesgo = delito de odio

En los términos más sencillos, un delito de odio debe incluir tanto el elemento de “odio” como un “delito.”


Odio

El término «odio» puede ser confuso. Cuando se utiliza en el contexto de una ley contra delitos de odio, la palabra «odio» no significa rabia, ira o desagrado general. En este contexto, «odio» significa un sesgo contra personas o grupos con características específicas definidas por la Ley.

Al nivel federal, las leyes contra los delitos de odio incluyen delitos cometidos por motivos de la raza, el color de piel, la religión, la nacionalidad de origen, la orientación sexual, el género, la identidad de género o la discapacidad, real o percibidos, de la víctima.

La mayoría de las leyes estatales contra los delitos de odio incluyen delitos cometidos por motivos de raza, color de piel o religión; muchas también incluyen delitos cometidos por motivos de orientación sexual, género, identidad de género o discapacidad.

Delito

El elemento de «delito» en un delito de odio suele ser un delito violento, como agresión, asesinato, incendio provocado, vandalismo o amenazas que se cometerán tales delitos. También puede incluir la conspiración para cometer tales delitos o pedir a otra persona que las cometa, incluso si el delito nunca se comete.

 

En virtud de la Primera Enmienda a la Constitución de los EE. UU., las personas no pueden ser enjuiciadas simplemente por sus creencias. Es posible que la gente se ofenda o que le molesten creencias que no sean ciertas o que se basen en sesgos falsos, pero no es un delito expresar tales creencias ofensivas ni unirse a otros que compartan las mismas creencias. No obstante, la Primera Enmienda no protege a personas que cometen un delito sencillamente porque la conducta esté basada en creencias filosóficas.

¿Por qué necesitamos leyes contra los delitos de odio?

Los delitos de odio tienen un efecto más amplio que otros tipos de delitos. Las víctimas de delitos de odio incluyen no solo al objeto inmediato del delito sino a otros que son como ellos. Los delitos de odio afectan a familias, comunidades y, a veces, el país entero.

¿Por qué se debe denunciar delitos de odio?

La Brecha en la Denuncia de Delitos de Odio es la disparidad importante entre los delitos de odio que realmente ocurren y los que son denunciados ante las autoridades policiales. Es esencial denunciar los delitos de odio no solo para demostrar su apoyo y conseguir ayuda para las víctimas sino también para transmitir un mensaje claro que la comunidad no tolerará estos tipos de delitos. La denuncia de delitos de odio permite a las comunidades y las autoridades policiales entender el alcance del problema dentro de la comunidad y dedicar recursos a prevenir y abordar ataques basados en sesgos y odio.

Terminología

Delito de odio:: Al nivel federal, es un delito cometido por motivos de raza, color de piel, religión, nacionalidad de origen, orientación sexual, género, identidad de género o discapacidad.

Incidente de odio o sesgo: : Actos de prejuicio que no son delitos y no conllevan violencia, amenazas o daños materiales.


Ejemplos de categorías de sesgos

 

Seis hombres negros agredieron a un hombre blanco y su amigo asiático y los lesionaron gravemente mientras caminaban por un barrio residencial. Los testigos declararon que las víctimas fueron agredidas porque estaban entrando sin derecho en un «barrio negro».

Un hogar grupal para personas con discapacidades psiquiátricas que se encuentran en fase de transición de vuelta a la comunidad fue el lugar de un incendio provocado, el cual fue denunciado. La investigación reveló que los vecinos habían expresado muchas preocupaciones acerca del hogar grupal en reuniones públicas y estaban enojados que el hogar se encontraba en su comunidad. Poco antes de que se denunciara el incendio, un testigo escuchó a un hombre declarar, «Voy a acabar con esos “loquitos”. Los voy a quemar». Doce personas, entre ellas pacientes y personal, sufrieron quemaduras del segundo y tercer grado.

Dos estudiantes universitarios palestinos estaban hablando en árabe en una recepción del departamento cuando otro estudiante, un hombre blanco, se chocó intencionalmente contra uno de ellos. Cuando uno de los estudiantes palestinos dijo, «Oye, ten cuidado y mira dónde andas», el estudiante blanco respondió, «Oye, árabe, yo iré dónde quiera. ¡Este es mi país»! De ahí, el agresor le dio al estudiante palestino un puñetazo en la cara.

Una mujer trajo una pistola a un gimnasio, entró al vestuario de los hombres y disparó varias veces. Dos hombres fueron asesinados y otro hombre más se lesionó en el tiroteo. El blog de la asesina reveló que llevaba mucho tiempo planeando el ataque y que albergaba un odio profundo de los hombres por haberla rechazado durante toda su vida.

Una mujer transgénero iba caminando por la calle cerca de su casa cuando tres hombres empezaron a acercársele diciendo, «Oye, ¿cuál es tu problema, eh?» Ella siguió caminando e intentó hacerles caso omiso, pero cuando ya estaban cerca, uno de ellos gritó, «¡No queremos a maricones en este barrio!» y otro la tumbó al suelo. 

Cinco amigos gais, todos varones, algunos de los cuales llevaban puestas joyas y maquillaje, estaban saliendo de un bar gay conocido cuando se les acercó un grupo de hombres que no conocían. Los hombres empezaron a burlarse de la apariencia femenina de los hombres gais y les gritaron «¡Maricas!», «¡Afeminados!» y otras insultos y luego procedieron a agredir a las víctimas físicamente, dejándolas inconscientes.

Durante la noche, unas personas desconocidas penetraron una sinagoga y destrozaron varios objetos religiosos de valor incalculable. Los responsables dibujaron un gran suástica en la puerta y escribieron «Muerte a los judíos» en una pared. Aunque hubo otros objetos de valor presentes, no se robó nada.

En un parqueo al lado de un bar, un hombre de 29 años de ascendencia japonesa/estadounidense fue agredido por un hombre blanco de 51 años con una vara de hierro. La víctima sufrió laceraciones severas y se le rompió el brazo. La investigación reveló que el agresor y la víctima habían intercambiado previamente insultos basados en la raza, dentro del bar. El agresor inició el intercambio al llamar a la víctima un epíteto bien conocido que se usa contra japoneses y se quejó que los japoneses les estaban quitando trabajos a los estadounidenses.

 

Actualizado 2 de julio de 2024