La Fiscal General Adjunta Kristen Clarke ofrece sus comentarios sobre los hallazgos del Departamento de Justicia en materia de las violaciones de los derechos civiles por parte del Departamento de Policía de Fénix y la ciudad de Fénix

Comentarios conforme se prepararon para su entrega

Buenas tardes, me encuentro con ustedes el día de hoy para anunciarles los hallazgos de la investigación de derechos civiles del Departamento de Justicia con respecto al Departamento de Policía de Fénix y la ciudad de Fénix.

Con base en un examen exhaustivo, hallamos que existe causa razonable que induce a creer que el departamento de policía y la ciudad participan en un patrón o práctica de conducta que viola la Primera, Cuarta y la Decimocuarta Enmiendas de la Constitución de los EE. UU. También hemos identificado violaciones de la Ley de Calles Seguras y la Ley de Discapacidades.

De manera específica, hallamos que el Departamento de Policía y la ciudad de Fénix participan en un patrón o práctica del uso de fuerza excesiva; detención ilegal, imponer boletas de multa y aprehensión de personas sin hogar; discriminación contra personas de raza negra, hispanos e indígenas en su labor de control policial; violación de los derechos de las personas que participan en demostraciones y protestas y discriminación contra las personas con discapacidades de salud del comportamiento.

En primer lugar, hallamos que Departamento de Policía de Fénix usa fuerza excesiva, a menudo escalando de forma irrazonable el nivel de fuerza dentro de los primeros minutos, o incluso segundos, de un encuentro. Este comportamiento incluye el uso inapropiado de pistolas de descarga eléctrica, proyectiles, grilletes para las piernas, canes policiales e incluso, fuerza mortal – entre ellas: pistolas y grilletes del cuello y grilletes de compresión. Además, los agentes policiales de forma rutinaria dilatan la provisión de ayuda médica y emplean fuerza excesiva en los heridos. Por ejemplo: los agentes policiales de Fénix le dispararon a un hombre y después de que hubo caído, le dispararon múltiples proyectiles y luego enviaron un can policial para arrastrar al hombre hacia ellos. El dolor que le infligieron al hombre con esto fue extremo, pero durante nueve minutos, los agentes de la policía no le proporcionaron ninguna atención médica y trágicamente, el hombre murió.

Además, en contra de las prácticas aceptadas en todo el país, el Departamento de Policía de Fénix capacita a los agentes de que “la escalada” es “la desescalada”, es decir, que uno puede “escalar” una situación mediante el uso de la fuerza, incluso la fuerza mortal, a fin de apaciguarla — un enfoque que pone en riesgo innecesario a los miembros de la comunidad y a los mismos agentes de la policía. El departamento de policía no solo instruye a los agentes a ser “proactivos” en el uso de proyectiles, sino que ha adoptado “una política de usarlas o perderlas”, quitándoles las armas a los agentes que no dispararon sus armas lo suficiente.

En segundo lugar, hallamos que las personas en situación de calle en Fénix han sufrido de un patrón de conducta inconstitucional. Este hallazgo es transcendental porque marca la primera vez que el Departamento de Justicia ha encontrado violaciones de los derechos civiles y constitucionales de las personas que no tienen hogar. La indigencia es un desafío en Fénix y en muchas ciudades a lo largo del país. En la última década, la población en situación de indigencia en Fénix casi se ha triplicado. El exceso de vigilancia policial de los indigentes se ha convertido en un pilar central de la estrategia de control del departamento de policía. De hecho, el 37% de todos los arrestos y citatorios por delitos menores del departamento fueron de personas indigentes. La criminalización de la indigencia no tiene cabida alguna en nuestra sociedad hoy en día. Con base en nuestro análisis, las actividades de imposición de la ley de Fénix violan los derechos de las personas indigentes debido a que la policía con frecuencia para, detiene y aprehende a los indigentes sin tener sospecha razonable de que hayan cometido delito alguno. Además, la ciudad y el departamento de policía incauta y destruye los bienes de las personas indigentes sin proporcionarles aviso o notificación apropiada ni una oportunidad para recabar sus pertenencias. Este comportamiento no es solo ilícito, sino que expresa una falta de respeto por la humanidad y dignidad de algunos de los miembros más vulnerables de nuestra sociedad.

En tercer lugar, nuestra investigación halló que el departamento de policía discrimina contra las personas de raza negra, hispana e indígena estadounidense en sus actividades de cumplimiento de la ley. Los agentes de policía tienen la obligación de hacer cumplir la ley de manera justa y equitativa, pero en Fénix, los agentes de policía dirigen de forma desproporcionada sus actividades contra las comunidades de color. Por ejemplo: los conductores de raza negra en Fénix tienen 144% de probabilidad mayor que los conductores de raza blanca de ser aprehendidos o ser citados por infracciones de tráfico de bajo nivel y los conductores hispanos tienen una probabilidad 40% mayor de ser arrestados o citados por las mismas infracciones. También hemos hallado que la policía de Fénix ejecuta sanciones contra delitos de drogas y alcohol de manera más severa contra las personas de raza negra, hispana e indígena estadounidense que contra las personas de raza blanca. Los datos muestran que Fénix da citatorios y arresta a las personas de raza negra por posesión de marihuana a una tasa de casi siete veces más que la tasa de la gente de raza blanca; en el caso de la gente hispana, la tasa es más de tres veces mayor. Y los indígenas estadounidenses en Fénix tienen una probabilidad 44 veces superior de recibir citatorios o ser aprehendidos por posesión o consumo de una bebida alcohólica que la gente blanca. Fénix también impone desproporcionadamente cargos de calidad de vida, como invasión de la propiedad privada/acampamiento en propiedad ajena, infracciones de tráfico de peatones y merodear o deambular contra personas de raza negra, hispana e indígena estadounidense. Por ejemplo, per cápita, los peatones de raza negra, hispana e indígena estadounidense tuvieron mayor probabilidad que los peatones de raza blanca de recibir citatorios o ser aprehendidos por simplemente caminar en la pista en los lugares en los que hay veredas.        

El departamento de policía afirma que no tenía conocimiento de estas significativas desigualdades raciales. Sin embargo, las preocupaciones de la comunidad de hace mucho tiempo y que se han expresado con frecuencia en materia de prácticas policiales discriminatorias, así como también las manifestaciones abiertas de sesgo dentro de la fuerza policial, deberían haber movido al departamento a analizar sus propios datos. En vez de ello, el departamento de policía se hizo de la vista gorda, ignoró estos inconfundibles avisos y no reveló sus propios patrones de vigilancia policial discriminatorios.

En cuarto lugar, nuestra investigación halló que el Departamento de Policía de Fénix viola los derechos de las personas que participan en expresión protegida, incluso tomar represalias contra las personas que critican al departamento de policía. Por ejemplo: seguir una protesta en la que los agentes lanzaron latas de gases lacrimógenos contra manifestantes pacíficos, los agentes de la policía de Fénix circularon una “moneda de desafío” — un recuerdo que normalmente se usa para conmemorar momentos de valor y orgullo durante el servicio. En lugar de eso, esta moneda de desafío mostraba a un manifestante al que un agente de policía le había disparado en la ingle con una bala de impacto de 40mm. Cuando los agentes de policía abusan de su fuerza para silenciar a las personas que afirman sus derechos constitucionales a la libre expresión y reunión, eso socava la confianza de la comunidad en las autoridades del orden público.

En quinto lugar, encontramos que el departamento de policía y la ciudad discriminan contra las personas con discapacidades de salud del comportamiento, especialmente, cuando responden a llamadas de ayuda. Por ejemplo, las personas que reciben llamadas del 911 con demasiada frecuencia no identifican cuando aquellos que llaman tienen problemas de salud de la conducta y por defecto envían la mayoría de tales llamadas a agentes de policía. Los propios expertos de Fénix estiman que, en promedio cada mes, cerca del 10% de las llamadas de despacho de servicios de Fénix están relacionadas con salud de la conducta. Y nuestro análisis encontró que los agentes de policía dedican tiempo significativo de sus labores de patrullaje a responder a estas llamadas. A pesar de que tienen a su disposición recursos para dar una respuesta alternativa, Fénix dirige solo una pequeña fracción de estas llamadas a tales recursos, incluso cuando no hay violencia, armas ni amenaza inmediata ni necesidad de un agente de policía para responder inmediatamente.

Además, cuando se envían las llamadas de salud de la conducta a la policía, los que toman las llamadas a menudo no pasan información crítica que podría ayudar a los agentes de policía a responder de forma apropiada. Especialmente en esta área, la tendencia de activación fácil de la policía de fénix de usar la fuerza indiscriminada y abrumadora es tanto pronunciada como dañina. Vimos a agentes de la policía, incluso a aquellos que cuentan con entrenamiento especializado, escalar rápidamente encuentros mediante el uso de la fuerza y realizando arrestos incluso cuando la policía ya se encontraba en el escenario específicamente para transportar a la persona para que reciba tratamiento de salud del comportamiento. Estos daños se podrían eliminar mediante el despacho de socorristas de salud conductual cuando fuese apropiado y cuando fuese necesaria la respuesta de la policía, estos daños se podrían mitigar mediante el envío de socorristas de salud conductual junto con la policía.

Finalmente, hallamos que el departamento de policía no hace concesiones para las vulnerabilidades particulares de los niños, en vez de ello, tratándolos de igual forma que a los adultos. Las tácticas problemáticas y la conducta ilegal de la policía de Fénix pueden dañar significativamente el bienestar físico y mental de los niños. Tal conducta no solo daña a los niños, sino que puede contribuir al miedo y la desconfianza de las autoridades del orden público por parte de la próxima generación de residentes de Fénix.

Nuestros hallazgos no se basan en ningún incidente o evento sino en una investigación exhaustiva. Fiscales de carrera en la División de Derechos llevaron a cabo muchas horas de entrevistas, participaron en rondas conjuntas, analizaron miles de documentos y vieron cientos de horas de grabaciones de vídeo de cámaras portadas en el cuerpo.

Ultimadamente, nuestros hallazgos revelan pruebas que muestran disfunción de muchos años en el Departamento de Policía de Fénix. Los problemas en su núcleo reflejan una falta de supervisión, entrenamiento y rendición de cuentas eficaces.

Como crédito para la ciudad y el departamento de policía, en el curso de nuestra investigación, han tomado medidas preliminares para instituir una reforma. El Jefe Interino Sullivan actualizó la política de uso de la fuerza del departamento e introdujo entrenamiento nuevo en desescalada y el deber de intervenir. La ciudad ha invertido en albergues y recursos adicionales para la población indigente de la ciudad. Y el departamento policía ha desarrollado políticas y entrenamientos adicionales para guiar a los que toman las llamadas del 911 en responder apropiadamente a las solicitudes de ayuda en casos de emergencia que involucre a personas con discapacidades de salud conductual. Recientemente, la ciudad ha emitido un informe denominado “Camino a la reforma”, indicando lo que ha hecho la ciudad y lo que prevé hacer para lograr la vigilancia policial constitucional. Sin embargo, hoy, muchas reformas todavía no se han implementado; otras reformas existen en papel, pero no en la práctica. En total, estos esfuerzos simplemente no son suficientes para abordar todo el ámbito de nuestros hallazgos hoy.

Para lograr una reforma sostenible, necesitaremos el aporte de muchas fuentes: miembros de la comunidad, agentes de patrullaje, personal de mando y socorristas de emergencia que no son de la policía; aquí el cambio es posible. Aunque la senda a la reforma puede no ser rápida ni fácil, mediante la colaboración, la asociación y el realismo inteligentemente agudo sobre las soluciones que pueden lograr el cambio, podemos ayudar a introducir un nuevo capítulo en Fénix, uno que cree cambio duradero y que respete los derechos civiles y constitucionales de los residentes de Fénix a la vez que se promueva la seguridad pública.

Apreciamos el hecho de que la ciudad se ha comprometido a participar en una conversación continua con el Departamento de Justicia sobre los siguientes pasos a seguir.

Al concluir, quiero reconocer que los agentes de policía tienen un trabajo difícil y que realizan actos de heroísmo que a menudo no se valoran para mantener seguro al público. También quiero agradecer a la innumerable cantidad de personas en Fénix que trabajó con nosotros a lo largo de esta investigación, entre ellas: defensores y líderes de la comunidad y familias de las personas sometidas a la fuerza policial letal y los agentes de policía. Sabemos que compartir sus ideas y experiencias con nosotros no ha sido siempre fácil, pero dejó huella. Esperamos seguir con la participación continua con la comunidad en los próximos meses.

Los residentes de Fénix se merecen nada menos que mantenimiento del orden justo, sin discriminación y constitucional. Nuestros hallazgos ofrecen un plan y una hoja de ruta que pueden ayudar a transformar al departamento de policía, recuperar la confianza de la comunidad y fortalecer los esfuerzos de seguridad pública en una de las ciudades más grandes de los Estados Unidos. Estamos comprometidos para trabajar de forma colaborativa con el departamento de policía, los funcionarios de la ciudad y el público para instituir reformas y remediar las violaciones que hemos identificado en nuestra investigación. Nos aguarda una tarea importante y perseveraremos hasta realizar el trabajo.

Muchas gracias.